Ya eran las once de la noche y no podía mas del sueño, necesitaba
acostarme e irme a dormir. Como todos los días, me tenía que levantar a
las seis de la mañana, así tenía tiempo para bañarme y poder prepararme
tranquila como me gustaba. Una vez que me acosté, cerré los ojos y logré
verme en una plaza, sentada en un banco. Era de día, me fijé la hora en
la pantalla del celular y eran alrededor de las tres de la tarde,
estaba super soleado y hermoso el clima. Pensé que estaba sola hasta que
sentí alguien atrás mío, asustada me di vuelta y sin poder creerlo me
vi a mi misma. Sí, como leen, no era un espejo ni alguien muy parecido a
mi. Era yo, estaba segura, tenía hasta las mismas pecas debajo de mi
ojo derecho.
Estupefacta, y riéndome de los nervios dije:- ¿Esto
es real?. A lo que mi otro yo me respondió:- Increíble pero sí, de
todas maneras no tenemos mucho tiempo, estoy acá para que hablemos de
algo importante, el amor.
Apenas escuché esa palabra ya sabía
todo lo que se iba a venir, sermones y mas sermones por lo mal que vengo
haciendo las cosas en la vida amorosa. Mi doble comenzó a plantearme un
montón de cosas de el chico que me gusta y sobre todo lo que pasamos,
hasta que me preguntó:- ¿Vos estás segura de lo que estás haciendo? Te
hizo las mil y una y vos seguís como una tonta dándole oportunidades, se
nota que estas enamorada querida, eh.
Después de pensar y
pensar, le dije:- ¿Sabes qué es lo que pasa? Al principio, yo sentía que
lo quería, pero no me importaba lo suficiente, y como ya sabes, me
mandé una macana. Quedó todo mal y ahí me di cuenta de lo mal que había
hecho las cosas, como siempre la típica frase "uno no sabe lo que tiene
hasta que lo pierde" es así. Después de eso la cantidad de vueltas que
me dio son inexplicables, lo que lloré por él y lo mal que me hizo
sentir un montón veces pensé que no se lo iba a perdonar, total yo había
decidido en no darle más bola y evitarlo lo más que pueda (lo cual era
imposible porque me lo cruzaba todos los días) pero volvió, y yo como
minita débil no me resistí -respiré hondo- aparte yo sentía que nos
faltaba algo por hacer, no sé como explicarlo, sentía que no podía
quedar todo ahí y obviamente no me iba a quedar con la duda. Tampoco se
la hice fácil, quería ver hasta que punto podía llegar si tanto me
quería devuelta con él. Después de hacérsela difícil unos cuantos días
vino a mi casa para que habláramos, y bueno... fue inevitable que
quedara todo bien. Estoy con él y me hace tan bien, me olvido de todo y
la
verdad es que no me importa nada. Por ahora estamos super bien, ¿qué querés que te diga?-
Mi
doble se me queda mirando y me dice:- esta bien, entiendo que estés
enamorada y que cuando estás con él te sentís bien, pero.. ¿qué pasa si
vuelve a hacerte lo mismo? ¿qué pasa si de un día para el otro se te
hace el enojado y no te habla más? Y peor todavía si después vuelve a
hacerse el lindo y vos caes como una tarada. -
Odiaba decirlo,
pero por un lado tenía razón, ¿Qué pasa si volvíamos a lo mismo otra
vez? Ahora esta todo perfecto y siento que las cosas son diferentes,
pero ¿y si me estoy equivocando? Me hice la desinteresada y respondí:-
Si las cosas se llegan a dar así por algo será, ahora estamos bien y es
lo que importa, yo no me quería quedar con la duda de nada y no me
arrepiento ni me voy a arrepentir de mi decisión, además... soy
adolescente, ¿sabes todo lo que me falta? ¿la cantidad de pibes por los
que me falta llorar? Ojo igual, quien sabe las vueltas de la vida y
termina siendo mi marido, ¿te imaginás? -me reí- pero bueno que se yo, a
mi me interesa vivir el ahora, lo que pueda llegar a pasar se verá
después.-
Lo único que te pido es que siempre estés segura de lo
querés y que no sufras tanto, pensá bien las cosas. -me responde mi
otro yo- Ojala que se haya dado cuenta enserio de como son las cosas y
las siga haciendo bien como ahora, porque como dice papá "si vos estás
bien, todos estamos bien. Si vos estás mal, todos estamos mal" -empezó a
reírse a carcajadas-.
-Me reí también y dije- Si ya sé, esperemos que sí.
Todo empezó a verse borroso y ahí me desperté, ya eran las seis de la mañana. ¿cómo pasa el tiempo, eh?
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