En los últimos años, el feminismo ha avanzado significativamente en la visibilización de las desigualdades que enfrentan las mujeres en diversos ámbitos. Sin embargo, en esta lucha por la equidad, las problemáticas masculinas han quedado relegadas o, en algunos casos, desestimadas por completo. Es imperativo abordar estas cuestiones para construir una sociedad verdaderamente igualitaria, donde los desafíos de todos los géneros sean reconocidos y atendidos. Desde el acceso desigual a sus hijos hasta un sistema judicial desbalanceado, los hombres enfrentan dificultades que merecen ser discutidas.
El peso de los roles tradicionales
Como Esther Vilar argumentó en El varón domado, la construcción tradicional de los roles de género ha condicionado a los hombres a aceptar sacrificios extremos como un signo de virtud. Esto incluye asumir la responsabilidad económica y emocional de sus familias, muchas veces a costa de su bienestar personal. Según Vilar, “el hombre trabaja toda su vida para proporcionar bienes y servicios a una mujer que a menudo ni siquiera le ama”. Esta dinámica no solo perpetúa una idea reduccionista de la masculinidad, sino que también deja poco espacio para que los hombres exploren identidades más amplias y menos limitantes.
Autores como Warren Farrell (The Myth of Male Power) también han señalado cómo el sistema laboral castiga a los hombres con altas tasas de mortalidad en trabajos peligrosos, debido a la expectativa de que sean los principales proveedores. Estas demandas están profundamente arraigadas en estructuras culturales que valoran la utilidad de los hombres más que su individualidad.
La paternidad y el sistema judicial
Uno de los temas más delicados y urgentes es la desigualdad que enfrentan los hombres en la custodia de sus hijos. En muchos países, los sistemas judiciales de familia tienden a favorecer automáticamente a las madres en casos de divorcio o separación. Aunque se argumenta que estas decisiones se toman en función del “interés superior del niño”, los padres a menudo se enfrentan a obstáculos significativos para mantener relaciones significativas con sus hijos.
La percepción social también juega un rol crucial. Un hombre que lucha por la custodia puede ser visto como "egoísta" o incluso como una amenaza, mientras que una madre en la misma situación se percibe como protectora y amorosa. Esto crea un doble estándar que refuerza la idea de que el papel de cuidador principal no es natural para los hombres, perpetuando estereotipos de género dañinos para ambas partes.
Según estadísticas internacionales, en los litigios por custodia, los hombres obtienen la custodia exclusiva en menos del 10% de los casos. Esto refleja un sesgo estructural que no solo afecta a los padres, sino también a los niños, quienes pierden la oportunidad de tener una relación equitativa con ambos progenitores.
Desigualdad judicial y falsas denuncias
El sistema judicial en casos de violencia de género, aunque crucial para proteger a las víctimas, ha sido objeto de críticas por su aparente desbalance. Algunos sectores señalan que la presunción de inocencia, un pilar del derecho, a menudo se debilita en casos que involucran denuncias de hombres. Esto no significa que las denuncias de violencia no deban tomarse en serio, sino que se debe garantizar un proceso justo para todas las partes.
Un área particularmente controvertida son las denuncias falsas, su impacto en los hombres acusados puede ser devastador, tanto en términos personales como profesionales. Farrell argumenta que estas situaciones ilustran cómo los hombres pueden ser vulnerables en sistemas que, aunque diseñados para proteger a las víctimas, a veces fallan en reconocer sus propias fallas estructurales.
El impacto del feminismo moderno en la narrativa masculina
El feminismo contemporáneo ha sido una fuerza transformadora en muchas áreas, pero también ha generado tensiones en las discusiones de género. En algunos casos, el discurso feminista radical tiende a posicionar a los hombres como opresores colectivos, ignorando las desigualdades que ellos mismos enfrentan. Esta narrativa puede alienar a los hombres de la conversación sobre igualdad, haciéndolos sentir atacados en lugar de incluidos.
Autoras como Camille Paglia (Sexual Personae) han señalado que un enfoque más equilibrado es necesario para que el feminismo sea verdaderamente inclusivo. Paglia sostiene que las tensiones entre géneros no deben centrarse únicamente en las victimizaciones de un lado, sino en las dinámicas complejas que afectan a todos.
Además, la lucha por la igualdad no debe implicar la negación de las experiencias de los hombres. Los altos índices de suicidio masculino, las tasas de encarcelamiento desproporcionadas y la falta de acceso a recursos emocionales son realidades que merecen atención.
Una nueva perspectiva: equidad, no competencia
La solución no está en competir por quién sufre más, sino en reconocer que la igualdad real implica atender las necesidades y desafíos únicos de todos. Esto incluye reformar sistemas que perpetúan desigualdades en nombre de tradiciones o sesgos históricos.
En lugar de polarizar, debemos encontrar formas de unir a hombres y mujeres en la búsqueda de una sociedad donde las cargas no estén desproporcionadamente distribuidas. Esto requiere políticas que garanticen igualdad en la custodia de los hijos, apoyo emocional para ambos géneros y un enfoque judicial que respete la equidad procesal.
El camino hacia una sociedad igualitaria no es sencillo, pero comienza con la capacidad de escuchar todas las voces y reconocer que la lucha por la igualdad debe incluir a todos, sin excepción. En palabras de Vilar, “El hombre, como cualquier ser humano, merece vivir una vida libre de manipulaciones y expectativas imposibles”.
Actividades
1-¿Qué impacto tiene el sistema judicial en la relación de los hombres con sus hijos tras una separación?
2-¿Cómo afectan los roles de género tradicionales a los hombres en la actualidad?
3-¿Qué críticas se hacen al feminismo moderno en relación con las problemáticas masculinas?
4-¿Qué desigualdades enfrentan los hombres en el trabajo y en la justicia, según el texto?
RESPUESTAS
1-El sistema judicial muchas veces prioriza la custodia materna, lo que puede dificultar que los padres mantengan una relación cercana con sus hijos tras una separación. Esto genera que muchos hombres se enfrenten a procesos largos y costosos para garantizar derechos de visita o custodia compartida, afectando tanto su estabilidad emocional como financiera.
2-Los roles de género tradicionales imponen expectativas sobre los hombres, como ser los principales proveedores y evitar mostrar vulnerabilidad. Esto limita su capacidad para expresar emociones y buscar ayuda, mientras los carga con responsabilidades que pueden ser desproporcionadas.
3-Se señala que algunas corrientes del feminismo moderno tienden a invisibilizar las problemáticas masculinas, como la desigualdad en la justicia familiar o el trato a las víctimas hombres en casos de violencia doméstica. Esto puede generar un desbalance en la búsqueda de igualdad real.
4-En el ámbito laboral, los hombres suelen enfrentarse a expectativas de trabajar más horas y aceptar trabajos más riesgosos. En el sistema judicial, especialmente en lo familiar, suelen encontrarse en desventaja al disputarse la custodia de los hijos o en casos de falsas denuncias, donde enfrentan prejuicios que afectan su defensa.