Cómo están todos, acá me tienen un día sábado por la tarde, mi bebé Oliverio me acompaña esta vez mientras preparo una nueva clase y escucho un poco de música que me inspire. Decidí comenzar esta clase y compartir un poco de mi intimidad diaria porque, dadas las circunstancias, voy a tener que hacer un anuncio no tan feliz para ninguno de nosotros. Me incluyo, por supuesto, porque me toca al igual que a ustedes formar parte de estas clases pandémicas que estamos teniendo, yo ya diría casi apocalípticas. Lo diré sin más preámbulos, el jueves participé de una reunión del personal de la escuela donde nos informaron que las directivas de la Inspección con relación a la continuidad de la cursada en la que estamos siendo participantes apuntan a la unificación de los ciclos 2020 y 2021.
No creo que nada se definitivo aun, imagino que habrá estructuraciones, informes, estrategias para integrar a las personas que no tuvieron oportunidad de conectarse, varias vueltas de tuerca y otros detalles que yo me comprometo a compartir con todos ustedes ni bien se me informe. Insisto en esto de compartir la información y respetar al estudiante porque el respeto es fundamental. Hay momentos en los que oigo propuestas de colegas que deberían tener estas mismas preocupaciones, me refiero a acompañar y facilitar el aprendizaje a cada uno de ustedes y no puedo entender el enojo que les provoca que los estudiantes no puedan cumplir con las entregas de sus tareas, que algunas respuestas no sean lo que esperaban, que no contemplen que en cada casa algo malo, algo angustiante puede estar pasando.
Insisto en que mucho más importante que los egos son nuestros estudiantes y, por esto mismo, los docentes tenemos que abrir el diálogo ante cada una de las inquietudes de nuestros alumnos. De algo ninguno de nosotros tenemos duda: estas clases no son las clases tradicionales a las que estamos acostumbrados, tampoco son los espacios tradicionales. A nadie se lo encierra en un aula de cuatro paredes, se lo obliga a estar en silencio, a apagar el celular y todas las reglas, cuestionables o no, que existen en las instituciones donde hemos estudiado. Ahora, el contexto nos exige un nuevo desafío para poder aprender, pero también encontrar nuevas maneras de enseñar. Creo que es importantísimo que pongamos la atención permanentemente en estos procesos para poder aprovechar así realmente los temas que vamos trabajando. Para que podamos mejorar nuestra escritura, nuestros modos de leer, nuestro capital cultural que se va enriqueciendo cada vez que exploramos un texto literario, un texto periodístico, un ensayo teórico. Que se enriquezca con el debate, con la argumentación, que se enriquezca con cada reclamo justo. Que hagamos de la lengua nuestra espada más afilada, para pensarlo como lo pensaba ese gran maestro de todo que fue Cervantes.
Por mi parte, me comprometo a trabajar cada día con más ganas, pensar actividades más llevaderas, encontrar junto a ustedes la mejor manera de aprender más, por eso digo esto de abrir el diálogo entre docentes y estudiantes. Sería muy nutritivo que cada uno de ustedes proponga, comente, valore cada momento que le dedica a sus clases y, en lo posible, que la literatura también los ayude a poder tolerar este terrible encierro que todos padecemos, que ponga alas a nuestras mentes y podamos transportarnos a estos mundos tantas veces ya soñados por infinitos lectores.
Clase:
Bien, dicho todo esto vamos a comenzar con el tema de hoy. Seguimos en la cosmovisión épíca, trabajando el poema de Homero conocido como la Ilíada, en referencia a la ciudad de Ilión, también conocida como Troya. En la última clase habíamos trabajado el mito de la diosa Eris, la Discordia. Recuerdan a Paris teniendo que ser el juez entre las tres diosas más importantes del Olimpo para decidir cuál de ellas era la más bella. Bueno, continuaremos leyendo la Ilíada, esta vez nos iremos bastante más adelante, trabajaremos con otro canto, más precisamente al verso 366 del vigésimo.
En este nos encontramos con la arenga marcial que proclama Héctor, máximo héroe de Troya, protagonizado por Eric Bana en la película que hemos visto en la primera de estas clases dedicadas al poema. ¿Qué les dice Hector a sus hombres antes de lanzarse junto a ellos al fragor del campo de batalla? Les leo:
Enlaces:
https://drive.google.com/file/d/18Oz3uuAdKy6M-ffUcNT93F3dFmme8lZD/view?usp=sharing
Bueno acá termina esta arenga marcial que hace Héctor para preparar a sus hombres, también recibe el consejo del dios Apolo que se le presenta. Porque acá lo importante también son los dioses, mientras unos defienden Troya, otros intentan que se lleve a cabo su destrucción. Y ahora va a venir en los siguientes versos una presentación del avance de Aquiles. Se lo muestra como un guerrero totalmente imparable. Son varios los que le salen al cruce, ahora vamos a ver cómo en los siguientes versos de este poema Aquiles interviene.
https://drive.google.com/file/d/18Oz3uuAdKy6M-ffUcNT93F3dFmme8lZD/view?usp=sharing
Ven como todo va aconteciendo con una representación visual prácticamente fílmica. Una lanza que parte una cabeza en dos, el cerebro que queda machacado dentro del casco, los carros que descuartizan a al cuerpo del guerrero que cae. Esta narrativa ágil, se ve apenas entorpecida para nosotros lectores modernos por la multitud de referencias de lugares y personas desconocidas, esto no les ocurría a los oyentes de aquellos tiempos. Prestemos atención a uno más, la caída de Polidoro. Elegí este personaje, Polidoro, para desarrollar porque de los mencionados me parece el más importante, el más destacado. Polidoro es hermano de Héctor. Más adelante lo vamos a conectar con la historia de su madre Hécuba, me interesa destacarla porque cuando pasemos a la siguiente cosmovisión leeremos a Eurípides, leeremos la tragedia que tiene como protagonista a esta formidable mujer.
Estamos en el verso 407 del canto XX.
Del lat. gentilicius, der. de gentīlis 'que pertenece a una misma nación o a un mismo linaje'.
1. adj. Dicho de un adjetivo o de un sustantivo: Que denota relación con un lugar geográfico. U. t. c. s. m.
2. adj. Perteneciente o relativo a las gentes o naciones.
3. adj. Perteneciente o relativo al linaje o familia.
Responde:
a) ¿Cuál de las tres acepciones te parece más aplicable a los gentilicios de los versos seleccionados?
b) Busca en el poema la Ilíada al menos tres gentilicio de este tipo, e indica también de que nombre propio derivan y quienes son estos referentes.
Dejo un enlace al poema completo:
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