El Rey Arturo y el mito del regreso del héroe
Intereses
de Morris. Morris y Chaucer
«The
Defence of Guenevere»
Hoy hablaremos de un compañero de Rossetti que participó
asimismo en la Pre-Raphaelite Brotherhood, en la Hermandad
Prerrafaelista. Es el p
oeta William Morris. Sus fechas son 1834 y 1896. Fue muy amigo de Rossetti, de Burne-Jones, de Swinburne, de Hunt y de otros miembros del grupo. Morris fue un hombre esencialmente distinto de Rossetti. Sólo se parecieron en el hecho de que ambos fueron grandes poetas. Pero Rossetti, como ya hemos visto, era un hombre neurótico que llevó una vida trágica, a quien le ocurrieron hechos trágicos. Básteme recordar el suicidio de su mujer, su soledad final, su retiro final, y más verosímilmente su propio suicidio. Dicen además que Rossetti no fue nunca a Italia —insistía en ser inglés— y que oralmente, nunca por escrito, abundaba en el cockney, el slang de Londres. Y sin embargo se sintió encerrado en Inglaterra, aunque en Italia sin duda se hubiera sentido desterrado de Londres, una ciudad que él quería mucho.
oeta William Morris. Sus fechas son 1834 y 1896. Fue muy amigo de Rossetti, de Burne-Jones, de Swinburne, de Hunt y de otros miembros del grupo. Morris fue un hombre esencialmente distinto de Rossetti. Sólo se parecieron en el hecho de que ambos fueron grandes poetas. Pero Rossetti, como ya hemos visto, era un hombre neurótico que llevó una vida trágica, a quien le ocurrieron hechos trágicos. Básteme recordar el suicidio de su mujer, su soledad final, su retiro final, y más verosímilmente su propio suicidio. Dicen además que Rossetti no fue nunca a Italia —insistía en ser inglés— y que oralmente, nunca por escrito, abundaba en el cockney, el slang de Londres. Y sin embargo se sintió encerrado en Inglaterra, aunque en Italia sin duda se hubiera sentido desterrado de Londres, una ciudad que él quería mucho.
En cambio, la vida de Morris es la vida de un hombre casi
increíblemente activo, interesado en muchas cosas. Y no a la manera de un
hombre como Goethe, por ejemplo, sino interesado prácticamente, activamente y
aun comercialmente. Y si William Morris no hubiera ejercido el arte de la
poesía, se lo recordaría todavía por sus muchas y enérgicas actividades en
otros campos.
El apellido «Morris» es un apellido galense. El hecho parece
no ser importante, pero luego veremos que hay algo paradójico en esta
circunstancia, ya que William Morris acabó escribiendo en un inglés casi
puramente sajón —dentro de lo que era posible hacer en el siglo XIX— e
introdujo —o quiso introducir— voces escandinavas en el inglés literario de su
tiempo. Morris pertenecía a una familia de lo que llamaríamos hoy la clase
media.
Morris nació en las cercanías de Londres, estudió
arquitectura y dibujo, y luego se dedicó a la pintura. Pero la mente de Morris
era demasiado curiosa para detenerse mucho tiempo en una actividad. Se educó en
Oxford, fue uno de los colaboradores del Oxford’s Magazine, donde
publicó poemas y cuentos.439 Y según Andrew Lang, el ilustre
crítico y helenista escocés, esas primeras producciones, hechas casi al azar de
la pluma, escritas casi con indiferencia, como quien se abandona a un placer y
no como quien ejecuta una labor escrupulosa, se cuentan entre las más felices
suyas. Ya veremos algunas hoy. Aquí he traído un ejemplar de su primer
libro, The Defence of Guenevere, La defensa de Ginebra.440 Ginebra
es —«Genoveva» sería otra forma del nombre, supongo— la mujer del rey Arturo, y
una versión de sus amores con Lancelote es lo que llevó a Paolo y Francesca,
según imagina Dante, a cometer su pecado. Es decir, William Morris empieza sus
poemas con los temas de lo que se llamó en la Edad Media la «matière de
Bretagne». Hay unos versos de un poeta francés cuyo nombre he olvidado que
afirman que hay tres temas dignos del poeta,441 y que esos
temas son: «la matière de France» —es decir la historia de Rolando,
de Carlomagno, de sus pares, la batalla de Roncesvalles442—. Luego
«la matière de Bretagne»: la historia del rey Arturo, que combatió
contra los sajones a principios del siglo VI y a quien se atribuyeron después
muchas de las hazañas de Carlomagno, de suerte que el rey Arturo en la leyenda
fue siendo, como Carlomagno casi lo fuera, una suerte de rey universal. Y le
atribuyen asimismo la invención de la mesa redonda, una mesa hecha para que no
hubiera cabecera, para que no hubiera ninguna primacía entre quienes la
rodeaban, y que se adaptaba mágicamente al número de comensales: se achicaba
cuando eran seis y podía agrandarse para hospedar cómodamente a sesentaitantos
caballeros. Luego, también forman parte de la leyenda de la «matière de
Bretagne» las historias relativas al Santo Grial, es decir, a la copa que
contenía el vino que tomó Jesús durante la Ultima Cena. Y en esa misma copa —la
palabra «grial» está relacionada con la palabra «cráter», que también tiene la
forma de una copa—, en esa misma copa José de Arimatea habría recogido la
sangre de Cristo. En otras versiones de la leyenda, el Grial no es una copa, es
una piedra preciosa sobrenatural que los ángeles traen desde el Cielo. Y los
caballeros del rey Arturo se dedican a la busca del Santo Grial. Lancelote pudo
haber alcanzado esa copa, pero él no mereció alcanzarla porque él había pecado
con la mujer de su rey. Y así es que un hijo suyo, Sir Galahad, el Galeotto443 de
los famosos versos de Dante, fue el que llega a poseer la copa. En cuanto al
rey Arturo, se le atribuyen doce batallas contra los sajones. Él habría sido
vencido en la última. Esto llevó inevitablemente en el siglo XIX a la
identificación del rey Arturo con un mito solar: el número doce es el número de
los meses. Y en la última batalla él habría sido derrotado, herido y llevado
por tres mujeres enlutadas en un esquife negro a la isla mágica de Avalón,444 y
durante mucho tiempo se creyó que iba a volver para socorrer a su pueblo. Lo
mismo se dijo en Noruega de Olaf,445 a quien se llamó Rex
perpetuus Norvegiae. La misma creencia de que iba a volver la encontramos
en Portugal. Pero ahí el personaje es el rey Don Sebastián, vencido por los
moros en la batalla de Alcazarquivir,446 y que volverá algún
día. Y es curioso que esa creencia mística, el sebastianismo, la idea de un rey
que volverá, se encuentra asimismo en el Brasil: hubo a fines del siglo pasado
un tal Antonio Conselheiro entre los «jagunços», los gauchos del norte del
Brasil, que también dijo que volvería Sebastián.447
Todo esto, la «matière de Bretagne», forma un conjunto
de leyendas que no fueron ignoradas por Shakespeare y fueron tratadas por
William Morris y por su ilustre contemporáneo Tennyson, aquel Tennyson amigo de
Browning, de quien no tendremos tiempo de hablar.
Había una tercera materia permitida a los poetas de la Edad
Media. El verso dice «de France, de Bretagne et de Romme la grant».448 Pero
la materia de Roma no era solamente la historia romana, sino —porque Eneas era
troyano— la historia de Troya, la historia de Alejandro Magno. A Alejandro
Magno se le atribuye el deseo de conquistar el Paraíso, después de haber
conquistado la Tierra. Y en la leyenda Alejandro llega a una alta muralla, y
desde la muralla dejan caer un grano de polvo, y entonces Alejandro comprende
que ese grano de polvo es él, es la materia a que quedará reducido finalmente
—corresponde a los seis pies de tierra que el rey sajón promete al rey noruego
en la batalla de Stamford Bridge— y renuncia a la conquista del Paraíso.
Pero
volvamos a William Morris. A William Morris le tocó la época victoriana,
y lo que se llamó la Revolución Industrial. Es decir, en parte, el hecho de que
la artesanía comenzó a desaparecer y a ser reemplazada por los productos de las
fábricas. Y esto preocupó a William Morris, la idea de que se perdía la
artesanía, es decir lo ejecutado con amor, y se reemplazaba por los productos
impersonales y comerciales de las fábricas. Es curioso que al gobierno inglés
también le haya preocupado esto. Esto lo vemos en el caso de Lockwood Kipling,449 padre
de Kipling y amigo de Burne-Jones y de William Morris, a quien el gobierno
británico envió a la India para que defendiera la artesanía hindú contra la
inundación de productos comerciales de la misma Inglaterra. Lockwood Kipling
fue por lo demás un excelente dibujante.
Morris se interesa, pues, en la artesanía y en los gremios.
Pero no tanto en el sentido de que los obreros ganaran más —aunque esto le
interesó— sino en el sentido de que a los obreros les interesara personalmente
su labor y la tuvieran como una especie de obra de amor. Y así William Morris
fue uno de los padres del socialismo en Inglaterra y uno de los primeros
miembros de la «Fabian Society», de la Sociedad Fabiana, a la que perteneció
Bernard Shaw, que fue discípulo suyo. La sociedad tomó ese nombre de Sociedad
Fabiana porque durante las Guerras Púnicas hubo un general al que le dieron el
nombre de Fabius Cunctator450 —era un romano—, «Fabio el
demorador», pues creía que la mejor manera de vencer a los enemigos de su
patria era a la manera de nuestros montoneros cuando guerrearon contra los
generales de la independencia, o lo que hacen las guerrillas, o lo que hicieron
los «boers» en Sudáfrica. Esto es, no ofrecer batalla, sino cansar a los ejércitos
organizados contra los cuales luchaban llevándolos de un lugar a otro:
cansándolos, llevándolos a lugares de malos pastos para los caballos, eso que
los irlandeses hicieron con Essex.451 Entonces se funda esta
sociedad socialista en Londres, porque los miembros de esa sociedad no creían
en la revolución, creían que el socialismo debía ir imponiéndose poco a poco,
sin actos forzosos.
En parte esto ha ocurrido. Estuve hace unos años en Londres.
Tuvieron que hacerme una pequeña operación, y cuando le pregunté al médico
cuáles eran sus honorarios, me contestó que tenía que firmar un documento,
simplemente, que él era un médico encargado de atender y, en caso necesario, de
operar a las personas que lo necesitaran dentro de cierto radio de Londres. Y
que él era un empleado del gobierno. De modo que sólo corrieron a cuenta mía
los remedios. Un pobre puede hacerse atender por el cirujano del rey.
De modo que tenemos a Morris como socialista, como uno de
los padres del socialismo inglés. Además, habló muchas veces en Hyde Park para
convencer a las gentes de las ventajas del socialismo. Dicen sus biógrafos que
lo hacía con escaso tino, que una vez entró en conversación con un obrero y le
dijo: «Yo he sido criado, he nacido como un caballero. Pero ahora, como usted
ve, yo converso con personas de todas las clases». Lo cual no podía halagar al
interlocutor.
Morris era —lo diré de paso— un hombre robusto, de barba
rojiza, y alguien le preguntó si él era el capitán Fulano, el capitán de un
barco que se llamaba, poéticamente, «Sirena». Y a él le gustó mucho que lo
tomaran por el capitán de un barco. Luego a Morris le interesaron también las
artes decorativas, las artes del carpintero, del ebanista, y fundó una firma
para la decoración: Morris & Marshall, para la decoración de las casas. Y
aún se encuentran en Inglaterra «Morris chairs», sillas de Morris, que fueron
diseñadas y acaso ejecutadas por él, porque le interesaba el trabajo manual, le
gustaba.452 Siendo un escritor, le interesaba también la
tipografía, y fundó la Kelmscott Press.453 Yo tengo en casa
algunos volúmenes de la Saga Library, que él fundó, de la Biblioteca
de las Sagas, en la que fue publicando su traducción —hecha por él en
colaboración con Eírik Magnússon— de las sagas de Islandia,454 que
tradujo a un inglés un poco arcaico. Luego él publicó también una edición de
Chaucer.455 Chaucer fue uno de sus ídolos. Hay un libro de él
que está dedicado a Chaucer. Le dice al libro que si él se encuentra
personalmente con Chaucer —habla con su libro como Ovidio lo hizo con alguno de
los suyos— lo salude en su nombre y le diga: «Oh, master, who is great of heart
and tongue», «Oh, maestro, grande de lengua y de corazón».456 Llegó
a sentir una suerte de amistad personal por Chaucer.
De modo que ahí tenemos a Morris como innovador político —el
socialismo era una novedad entonces—, como innovador en las artes decorativas
—él edificó y dibujó muchas casas, su propia casa también, the red
house, la casa roja, edificada en las cercanías de Londres, cerca del
Támesis—. Y luego le interesó la tipografía también, y dibujó lo que se llama
la «familia de letras». Dibujó letras latinas y letras góticas, que en inglés
no se llaman así sino «black letters», «letras negras». Y tuvo, a pesar de ser
un hombre esencialmente moderno, una pasión por la Edad Media. Le interesaban
los instrumentos medievales de música —esos instrumentos de los cuales
Morpurgo,457 creo, tiene una colección en Buenos Aires—, y
cuando estaba muriéndose pidió que le tocaran antiguas músicas medievales
inglesas en esos instrumentos.
Una de las personas que lo quiso más fue el entonces joven
Bernard Shaw, hombre no muy dado a la pasión de la amistad. Cuando William
Morris murió, honrado y famoso, en el año 1896, Bernard Shaw publicó un
artículo que se ha conservado, en el cual decía lo contrario de todo lo que
dijeron los contemporáneos de él: «Inglaterra y el mundo han perdido a un gran
hombre», y dijo que un hombre como Morris no podía perderse con nuestra propia
muerte, que la muerte corporal de Morris era un accidente, que Morris seguía
siendo para él un amigo, un personaje viviente.
Hay un hecho en la vida de Morris que debe destacarse, y es
un viaje que él emprendió, creo que hacia 1870 —tengo escasa memoria para las
fechas— a Islandia.458 Mejor dicho, una peregrinación a
Islandia. Los amigos le propusieron un viaje a Roma, y él dijo que «no hay nada
en Roma que yo no pueda ver en Londres, pero yo quiero emprender una
peregrinación a Islandia». Porque él creía que la cultura germánica, la
cultura, digamos, de Alemania, de los Países Bajos, de Austria, de los países
escandinavos, de Inglaterra, de la parte flamenca de Bélgica, había llegado a su
culminación en Islandia, y que él, como inglés, tenía el deber de emprender una
peregrinación a esa pequeña isla perdida, casi en los confines del círculo
ártico, que produjo tan admirable prosa y tan admirable poesía.
Creo que ahora un viaje a Islandia es algo no demasiado
heroico, es uno de los países frecuentados por el turismo. Pero entonces no
ocurría así, y Morris tuvo que viajar a caballo por las serranías. Morris
tomaba el té con el agua que sale de los geisers, de las altas
columnas de aguas termales que salen en Islandia. Y Morris visitó, por ejemplo,
el lugar en que se había guarecido el prófugo Grettir,459 y
todos los lugares celebrados en las sagas históricas de Islandia. Morris
tradujo asimismo el Beowulf al inglés,460 y
Andrew Lang escribió que la traducción merecía la curiosidad del lector, ya que
estaba escrita en un inglés ligeramente más arcaico que el anglosajón del siglo
VIII. Y [Morris] escribió un poema, Sigurd the Volsung,461 en
el que toma el argumento de la Völsungasaga,462 el
argumento que Wagner tomaría para sus dramas musicales, para El anillo
de los Nibelungos.463
Rossetti, a quien no le interesaban absolutamente lo
germánico ni lo escandinavo, dijo que él no podía interesarse en la historia de
un hombre hermano de un dragón, y rehusó leer el libro. Y esto no impidió que
Morris siguiera siendo amigo suyo, aunque Morris era a veces un hombre de
temperamento violento. He dicho que Morris empezó dedicándose a la poesía como
un pasatiempo, y publicó cuentos, y después largas novelas escritas en una
prosa ociosa, novelas cuyos títulos ya son poemas: The Wood at the
World’s End, El bosque en el fin del mundo,464 Story of the
Glittering Plain, La historia de la llanura resplandeciente, etc. Y
además de esos libros puramente fantásticos, que ocurren en una vaga época
prehistórica y desde luego germánica, escribió dos novelas para convertir a la
gente al socialismo. Una, John Ball’s Dream,465 El
sueño de John Ball. John Ball fue uno de los compañeros de Tyler, uno de
los que en el siglo XIV capitanearon una rebelión de los siervos, de los
campesinos de Inglaterra, y llegaron a quemar palacios y residencias
episcopales.466 De modo que el sueño de John Ball es el sueño
de la Inglaterra que este rebelde obligado del siglo XIV hubiera podido soñar.
El otro libro se titula News from Nowhere,467Noticias de
Nowhere. «Nowhere» es la traducción sajona de «utopía», y significa lo
mismo, que no está en ninguna parte. Noticias de ninguna parte, en
las cuales escribe el mundo feliz que producirá —según él creía entonces— un
régimen socialista universal. Y luego él publicó folletos a favor de la reforma
de la arquitectura, de la mueblería. Él ejecutó además de sus óleos, que se han
conservado, grabados en madera, dibujos; edificó y amuebló muchas casas. Tenía
una suerte de actividad sobrehumana.468 Y comercialmente le fue
bien porque era un buen hombre de negocios también. Es decir, lo contrario de
Rossetti, el que estaba como perdido en el infierno de Londres, como dijo
Chesterton.
Los primeros poemas los publicó Morris en el Oxford
and Cambridge Magazine, una revista escrita por estudiantes y para
estudiantes. Y uno de sus compañeros oyó esos poemas y le dijo: «Topsy —porque
así lo llamaban sus amigos, no sé por qué—,469 «you are a great
poet», «eres un gran poeta». Y él dijo: «Bueno, si lo que yo escribo es poesía,
esto no me cuesta nada, no tengo más que pensarlo y dejar que los poemas se
escriban». Y durante toda su vida él guardó esa maravillosa facilidad. Se habla
de un día en el que compuso —voy a verificar la fecha— cuatrocientos o
quinientos versos pareados.
Cuando escribió El Paraíso Terrenal, The Earthly
Paradise, quizás su obra más importante,470 y la
epopeya Sigurd el Volsungo, escribía centenares de versos todos los
días. De noche reunía a su familia, los leía, aceptaba las correcciones, las
modificaciones que éstos le sugerían, y al día siguiente retomaba la labor, y
mientras tanto estaba entregado también a tejer tapicería. Dijo que un hombre
incapaz de tejer con una mano y de escribir una epopeya con la otra no podía
entregarse ni a la tapicería ni a la poesía. Y según parece, no se trata de una
mera jactancia, sino de un hecho verdadero.
Vamos a ver ahora un episodio que primero referiré, sin duda
reformándolo al referirlo, de su primer libro.471 De este
episodio dijo Andrew Lang que tenía una bizarrerie, palabra
francesa difícilmente traducible que era nueva en la lengua inglesa. Esto nos
recuerda la generosa carta que Víctor Hugo escribió a Baudelaire cuando éste
publicó Les Fleurs du Mal:472 «Usted ha dado un
nuevo merecimiento al cielo del arte». Y algo parecido dijo Andrew Lang de los
primeros poemas de Morris.
Morris supone, imagina, en este poema, a un caballero
medieval. Este caballero está muriendo, ha cerrado los ojos para morir, está
muriendo en su amplia cama, y al pie de la cama hay una ventana. Y por esa
ventana él ve su río y los bosques, sus bosques. Y de pronto él sabe que debe
abrir los ojos, y entonces los abre y ve «a great God’s angel», un gran ángel
de Dios. Y ese ángel, ese gran hálito, ese fuerte ángel, está contra la luz. Y
la luz lo ilumina y hace que sus palabras parezcan órdenes de Dios. El ángel
tiene en la mano dos telas, cada una de ellas sostenida por una vara. Y una de
las telas, la de color más vivo, es roja, escarlata. Y la otra, un poco menos
viva, es larga y azul. El ángel le dice al moribundo que debe elegir una de las
dos. El poeta nos dice que «no man could tell the better of the two», nadie
pudo haber dicho cuál era la mejor de las dos. Y el ángel le dice que su
destino inmortal depende de esta elección, él no puede equivocarse. Y si él
elige «the wrong colour», se irá al Infierno, y si él elige correctamente, al
Cielo. Y el hombre está media hora. Sabe que su suerte depende de ese capricho,
de ese acto al parecer caprichoso, y al cabo de estar temblando media hora
dice: «Que Dios me ayude, el azul es el color del Cielo». Y el ángel le dice
«El rojo», y el hombre sabe que se ha condenado para siempre. Y entonces él les
dice a todos los hombres, a los muertos y a los vivos —porque él está solo con
el ángel—: «Ah, Christ! if only I had known, known, known», «¡Cristo! Si yo lo
hubiera sabido, sabido, sabido». Y se entiende que muere y su alma va al
Infierno. Es decir que pierde su alma, como el género humano se pierde porque
Adán y Eva comieron una fruta perdida en el misterioso Jardín.
Y ahora que yo he referido [el argumento] —y esto lo hago,
no porque crea que lo hago mejor que el texto, sino para que ustedes puedan
seguirlo bien—, ahora yo le pediría a alguna de ustedes que leyera este pasaje
del poema. La vez pasada conté con una excelente lectora, espero que esté aquí,
o que alguna otra quiera tomar su lugar. Y en cuanto a la lectura, sólo le pido
que sea lenta, expresiva, para que ustedes puedan ir siguiendo las palabras y
oyendo la música, que es tan importante en el verso.
A ver, yo me he animado a hablar todo este tiempo. ¿Cuál de
ustedes se anima?
(Pasa una alumna)
Asistiremos a la agonía de un caballero medieval.
(Lee la
alumna)
But,
knowing now that they would have her speak,
She
threw her wet hair backward from her brow,
Her hand
close to her mouth touching her cheek,
As
though she had had there a shamefal blow,
And
feeling it shameful to feel ought but shame
All
through her heart, yet felt her cheeks burned so,
She must
a little touch it; like one lame
She
walked away from Gauwaine, with her head
Still
lifted up; and on her cheek of flame
The
tears dried quick; she stopped at last and said:
«O
knights and lords, it seems but little skill
To talk
of well-known things past now and dead.473
«God wot
I ought to say, I have done ill,
And pray
you all forgiveness heartily!
Because
you must be right such great lords —still
«Listen,
suppose your time were come to die,
And you
were quite alone and very weak;
Yea,
laid a dying while very mightily
The wind
was ruffing up the narrow streak
Of river
through your broad lands running well:
Suppose
a hush should come, then some one speak:
«One of
those cloths is heaven, and one is hell,
Now
choose one cloth for ever, which they be,
I will
not tell you, you must somehow tell.»474
O sea,
Oye, supón que ha llegado la hora de tu muerte,
y tú estuvieras muy solo y muy débil;
y estarías muriendo mientras
el viento está agitando la alameda, está agitando
la corriente del río que atraviesa bien tus amplias
tierras;
imagínate que hubiera un silencio,
—«Hush» es una palabra difícil de traducir—
y que entonces alguien hablaría:
Es decir, yo me equivoqué: el ángel habla antes de ser visto
por el moribundo.
Una de las telas es el Cielo, y la otra el Infierno,
elige para siempre un color, cualquiera de los dos,
yo no te lo diré, tú de algún modo tienes que decirlo.
(Sigue
leyendo la alumna)
«Of your
own strength and mightiness, here, see!»
Yea,
yea, my lord, and you to open your eyes,
At foot
of your familiar bed to see
«A great
God’s angel standing, with such dyes,
Not
known on earth, on his great wings, and hands,
Held out
two ways, light from the inner skies
«Showing
him well, and making his commands
Seem to
be God’s commands, moreover, too,
Holding
within his hands the cloths on wands;
«And one
of these strange choosing cloths was blue,
Wavy and
long, and one cut short and red;
No man
could tell the better of the two.
«After a
shivering half hour you said,
"God
help! Heaven’s colour, the blue;" and he said, "hell."
Perhaps
you then would roll upon your bed,475
«And cry
to all good men that loved you well,
"Ah
Christ! If only I had known, known, known;"
Lancelot
went away, then I could tell,
«Like
wisest man how all things would be, moan,
And roll
and hurt myself, and long to die,
And yet
fear much to die for what we sown?476
Es decir:477
«Tú tienes que decirlo sabiéndolo por tu propia fuerza y
por tu propio poderío,
Sí, sí, mi señor —Morris usa palabras
anticuadas— que tú abrieras los ojos
y al pie de tu cama familiar verías
un gran ángel de Dios de pie, y con tales matices
desconocidos en la Tierra en sus grandes alas y manos»
Es un ángel muy real, muy fuerte.
«Y los brazos extendidos, y la luz desde los cielos
ulteriores mostrándolo bien.»
El ángel no es un ángel nebuloso, es un ángel muy vívido.
«Y eso hacía que sus órdenes parecieran de Dios
Y teniendo en sus manos las telas sobre varas
Y una de esas extrañas telas para elegir era azul,
ondeada y larga y la otra breve y roja»
Él hace que el color más vívido corresponda a la tela más
corta, un equilibrio.
«Nadie podía decir cuál era la mejor de las dos»
Luego de una media hora, más que temblorosa, trémula, dice:
«Dios me salve, el color del cielo es el azul.» Y el
ángel dice: «Infierno».
Entonces tú te revolverías sobre tu lecho,
Y dirías, invitarías a todos los hombres buenos que te
quieren:
«Ah,
Christ! If only I had known, known, known.»
Las sílabas finales se acentúan un poco, como en Rossetti.
En la próxima clase veremos los libros más importantes de
Morris, El Paraíso Terrenal y otros.
Viernes 9 de diciembre de 1966
Notas
439 En 1856. El nombre completo de esta
revista estudiantil es Oxford and Cambridge Magazine.
440 Publicado en 1858.
441 Se trata de Jean Bodel, poeta épico,
dramaturgo y autor de fabliaux francés (c. 1167-1210). La obra
que Borges recuerda y más adelante cita es la Chanson des Saisnes,
escrita por Bodel alrededor del año 1200.
442 Derrota de Carlomagno a manos de los
vascos, ocurrida el 15 de agosto del año 778 en Roncesvalles, paso de los
Pirineos occidentales, entre Francia y la provincia española de Navarra. Ha
sido muy idealizada por los poetas como un ejemplo de glorioso martirio
militar.
443 Dependiendo de la fuente de la que se
recoja la leyenda, el nombre puede aparecer también como Galaor o Galehaut.
444 Avalón es un país mitológico regido por
Morgana, la hermana del rey Arturo. Según la leyenda, Arturo fue trasladado
allí tras su última batalla. La existencia histórica de Arturo, pese a los
múltiples esfuerzos de varios investigadores en ese sentido, aún no ha podido
ser fehacientemente probada.
445 Se refiere a Olaf II Haraldsson (995-1030),
rey de Noruega desde el año 1016 hasta su muerte, llamado luego San Olaf.
Dedicó su reinado a la unificación de Noruega y a la conversión de su pueblo al
cristianismo. Su muerte en la batalla de Stiklestad, en el año 1030, lo
convirtió en santo y rey eterno de Noruega y contribuyó a solidificar tanto a
la monarquía como a las instituciones de la Iglesia en ese país.
446 La batalla ocurrió en las inmediaciones
de la ciudad de Alcazarquivir, en Marruecos, en agosto del año 1578. Allí el
rey de Portugal, Don Sebastián (1554- 1578), a pesar de la oposición de la
gente de su reino, acudió en ayuda de Mohamed el Negro, destronado rey de
Marruecos. Pese a contar con un ejército de 13.000 portugueses, 1.000
españoles, 3.000 alemanes y 600 italianos, no consiguió vencer a las fuerzas de
Abd-el Melek, «El Moluco», quien comandaba a los insurrectos. Por una serie de
calamidades, sólo sesenta soldados de Don Sebastián pudieron escapar a la
muerte o la captura. Sebastián mismo murió a causa de las heridas de la
batalla, aunque se corrió la leyenda sobre su misteriosa desaparición,
asegurándose que podría volver en cualquier momento a salvar a su patria.
447 Antonio Conselheiro (1830-1897) era un
campesino del nordeste de Brasil que lideró un grupo de unas doscientas
personas en lo que fue un vano intento de rebelarse contra el gobierno de ese
país. Aparentemente Conselheiro se creía de origen divino y se proponía
restaurar la monarquía en el Brasil. Para ello enfrentó duramente a las fuerzas
del ejército, entre las que se contaba el poeta Euclides da Cunha (1866-1909).
Euclides se manifestó en principio contrario a los revolucionarios, pero pronto
comprendió que su rebelión tenía por causa la miseria y se compadeció de su
suerte. Reflejó sus experiencias en su obra Los Sertones. Aunque no
fácilmente, el ejército logró doblegar a los campesinos de Conselheiro en
la batalla de Canudos. Conselheiro, junto con sus compañeros que sobrevivieron
a la batalla, fue degollado por las fuerzas del gobierno y sus cabezas fueron
exhibidas colgadas de postes.
448 Séptimo verso de la Chanson des
Saisnes de Jean Bodel. A continuación se citan las primeras líneas del
poema: «Qui d’ oyr et d’entendre a loisir ne talent / Face país, si escout
bonne chancon vaillant / Dont li livre d'estoire sont tesmoing et garant!
/ Jamais vilains jougleres de cesti ne se vant, / Car il n’en saroit dire ne
les vers ne le chant. / N’en sont que trois materes a nul home vivant: / De
France et de Bretaigne et de Romme la grant; / Ne de ces trois materes n’i a
nule samblant. / Le conte de Bretaigne si sont vain et plaisant, / Et cil de
Romme sage et de sens aprendant, / Cil de France sont voir chascun jour
aparant. / Et de ces trois materes tieng la plus voir disant: / La coronne de
France doir estre si avant / Que tout autre roi doivent estre a li apendant /
De la loi crestienne, qui en Dieu sont creant.»
449 John Lockwood Kipling (1837-1911).
Escribió un libro titulado Beast and Man in India.
450 Quintus Fabius Maximus, llamado
«Cunctator», «El demorador». General y estadista romano, fallecido en el año
203 a.C. Enfrentó a Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.). Su
estrategia consistía en mantener al enemigo ocupado mientras evitaba sostener
grandes confrontaciones. Hoy en día, se llama «estrategia fabiana» a aquella
que procede de manera gradual y cautelosa para llegar a sus fines.
451 Borges se refiere a las tácticas
utilizadas por Hugh O’Neill (1550-1615), quien entre 1595 y 1603 lideró una
revuelta contra el control inglés de Irlanda. En su Story of the Irish
Race, Seumas MacManus escribe: «[La reina] Elizabeth, ya mayor, decidió
enviar a Essex, a su favorito, a reconquistar Irlanda. Essex arribó con el
ejército más grande que jamás fuera enviado a ese país. Pero O’Neill fue más
listo que Essex en cada oportunidad: derrotó a sus tropas, lo redujo a
impotencia. O’Neill y Essex mantuvieron entonces una entrevista en las márgenes
del Lagan. O’Neill percibió sus ambiciones; adivinó sus pensamientos; dio
prácticamente vuelta la mente de su enemigo. Dictó sus términos; Essex los
aceptó hasta donde pudo sin contar él mismo con autoridad real. Cuando la reina
Elizabeth se enteró de ello, retiró enfurecida a Essex, que fue luego
ejecutado». (Cap. XLV, «The
Nine Years War». Traducción de M.H.)
452 Morris fundó su primera empresa de
decoración, Morris & Company, decorators, en 1859. Dos años después amplió
el proyecto con la creación de Morris, Marshall, Faulkner & Co., que en
1875 se convirtió en Morris & Co.
453 La Kelmscott Press fue fundada a fines
de 1890. El primer libro que Morris editó en su editorial fue su propia
obra Story of the Glittering Plain, publicada en 1891.
454 Esta colección fue publicada en Londres
por Bernard Quaritch entre 1891 y 1905. Comprende los siguientes volúmenes: Vol. 1: The Story of Howard
the Halt, The Story of the Banded Men, The Story of Hen Thorir; Vol.
2: The Story of the Ere-dwellers (Eyrbyggja saga), with The Story of
the Heath-Slayings (Heidarviga saga), as appendix; Vols. 3 a 6: The
Stories of the Kings of Norway called the Round world (Heimskringla), by Snorri
Sturluson.
455 Borges se refiere al libro
titulado The Works of Geoffrey Chaucer, diseñado por Morris e
ilustrado por Burne-Jones, que fue publicado en 1896. Este libro, considerado
una verdadera obra maestra por la exquisitez y armonía de su diseño, tipografía
e ilustraciones, representa la culminación del trabajo de Morris al frente de
la Kelmscott Press
456 Los versos que Borges recuerda
pertenecen al epílogo de The Earthly Paradise, en el que Morris se
despide de su libro diciendo: «Here are we for the last time face to face /
Thou and I, Book», Morris avisa a su libro que es posible que en sus
viajes se encuentre con Chaucer: «Well, think of him, I bid thee, on
the road / And if it hap that midst of thy defeat / Fainting beneath thy
follies’ heavy load, / My Master, Geoffrey Chaucer, thou do meet, / Then shalt
thou win a space of rest full sweet / Then be thou bold, and speak the words I
say, /The idle singer of an empty day!» Véase la nota 493[*].
457 Adolfo Morpurgo (1889-1972), músico
argentino naturalizado, nacido en Trieste, Italia. Fue violoncelista y director
de orquesta. Estudió cello en Budapest con David Popper y luego hizo giras por
Italia, Austria y Francia. Se instaló en Argentina en 1913, donde tocó con
muchas orquestas y grupos de cámara y dirigió además opera y ballet. Compartió
el escenario con Mascagni, Respighi, Wanda Landowska, Honegger y Villa-Lobos,
entre otros. Organizó también ejecuciones de óperas y cantatas antiguas. Fue
profesor del Conservatorio Nacional de Música, el Conservatorio Municipal de
Buenos Aires y la Universidad de La Plata. En 1937 fundó la Agrupación
Argentina de Instrumentos Antiguos, que condujo como intérprete de viola da
gamba y de viola del perdón. (Este instrumento fue fabricado en París a fines
del siglo XVI y, según la leyenda, su creador fue un condenado a muerte a quien
se le perdonó su pena por haberlo inventado. Tiene 26 cuerdas: 7 reales y 19
que vibran por simpatía, produciendo un peculiar efecto sonoro.) Morpurgo
poseía una excepcional colección de más de 2.000 instrumentos antiguos, que
compró en sus viajes, le fueron regalados por distintas embajadas u obtuvo en
curiosas situaciones. Un ejemplo es un antiquísimo oboe que Morpurgo encontró
en un negocio de antigüedades de Buenos Aires, catalogado como «candelabro».
Morpurgo aparece citado en el Grove’s Dictionary of Musicand Musicians,
editado por Eric Blom.
458 Morris emprendió el viaje en 1871.
459 Grettir es el personaje central de
la Grettir’s saga o Saga de Grettir el fuerte.
Esta saga, de autor anónimo, ha sido fechada alrededor del año 1300 y es la más
tardía de las llamadas sagas de islandeses. Grettir fue un personaje histórico;
la saga que lleva su nombre combina como muchas otras hechos reales con la
ficción. Borges transcribe algunos párrafos de esta saga y la comenta en Literaturas
germánicas medievales, OCC págs. 934 y 938.
460 La traducción de Morris del poema
de Beowulf fue publicada por primera vez en 1895.
461 Story of Sigurd the Volsung
and the Fall of the Niblungs (1876).
462 Borges analiza la Völsunga Saga en Literaturas
germánicas medievales, OCC págs. 966-970.
464 Este título recuerda tanto
a The Wood Beyond the World (1894) como a The Well at
the World’s End (1896).
465 El título original es A Dream of
John Ball. Fue publicado en The Commonwealth entre
noviembre de 1886 y enero de 1887 y por primera vez en forma de libro en abril
de 1888.
466 John Ball fue un sacerdote inglés que ya
desde joven predicó contra los nobles, prelados y el Papa, argumentando que los
hombres son todos iguales. En 1381 se unió a la revuelta de Kent, en la que un
grupo de siervos y agricultores capitaneados por Wat Tyler se rebeló en forma
violenta contra las instituciones. Ball pronunciaba sermones y alentaba a los
rebeldes, utilizando una conocida frase popular: «When Adam delved and
Eve span, / Who was then the Gentleman?» («Cuando Adán araba y Eva
hilaba, ¿quién era entonces el noble?»). Tras la muerte de Tyler, Ball se puso
al frente de la rebelión, que fue finalmente sofocada. Vencido, Ball debió
someterse a Ricardo II. Fue condenado a muerte y en ese mismo año de 1381 fue
ahorcado y descuartizado en Saint Albans.
467 Publicado en 1890.
468 Poco antes de morir Morris en 1896, a la
edad de 62 años, uno de sus médicos hizo el siguiente diagnóstico: afirmó que
la aflicción que padecía el escritor era «simplemente el hecho de ser
William Morris y haber hecho en vida el trabajo de diez hombres».
469 Los amigos cercanos de Morris lo
llamaban así porque sus cabellos desordenados les recordaban a los del
personaje «Topsy» de la obra La cabaña del Tío Tom, de Harriet
Beechter Stowe.
470 En 1868 o 1869.
471 A continuación y hasta el final de la
clase, Borges se referirá al largo poema «The Defence of Guenevere», el primero
del libro del mismo título, publicado en 1858. Como en las clases anteriores,
las lecturas de poemas en inglés, suprimidas de la transcripción original, han
sido repuestas para dar contexto a los comentarios de Borges y reconstruir el
clima general de la clase.
472 En 1857.
473 Primeras cuatro estrofas del poema.
«Pero, sabiendo que querrían escucharla, / Echó hacia atrás sus húmedos
cabellos, // La mano en su boca, rozando apenas su mejilla, / Como si hubiera
recibido allí un golpe vergonzoso, / Avergonzada de no sentir otra cosa que no
fuera vergüenza / En su corazón, y sin embargo, sintiendo que sus mejillas
ardían tanto, // Que debía tocarlas; y como un rengo / Se alejó de Gawain, con
su cabeza / Aún erguida; y en sus mejillas ardientes // Las lágrimas se secaron
pronto; finalmente se detuvo y dijo: / “Oh caballeros y señores, parece tal vez
tonto / Hablar de cosas conocidas hoy pasadas y muertas.”»
474 Estrofas cinco a ocho. «¡Dios, qué puedo
decir, he actuado mal, / Y ruego a todos el perdón de corazón! / Ya que
vosotros debéis tener razón, tan grandes señores —pero // Oíd, suponed que ha
llegado la hora de vuestra muerte, / Y estuviérais muy solos y muy débiles; / Y
estaríais muriendo mientras // El viento está agitando la alameda, está
agitando / La corriente del río que atraviesa bien vuestras amplias tierras: /
Imaginad que hubiera un silencio, y que entonces alguien hablaría: // “Una de
las telas es el cielo, y la otra el infierno, / Elige para siempre un color,
cualquiera de los dos, / Yo no te lo diré, tú de algún modo tienes que
decirlo.”» A continuación Borges traduce, comenzando su comentario por la sexta
estrofa, donde se inicia la trama narrada anteriormente.
475 Estrofas nueve a trece del poema. “¡Tú
debes darte cuenta por tu propia fuerza y por tu propio poderío!» / Sí, sí, mi
señor, y al abrir los ojos, / Al pie de tu cama familiar verías // Un gran
ángel de Dios de pie, y con tales matices, / Desconocidos en la tierra, en sus
grandes alas, y manos, / Extendidos en dos direcciones, y la luz de los cielos
ulteriores // Mostrándolo bien, y haciendo que sus órdenes / Parezcan además
las órdenes de Dios, / Sosteniendo con las manos las telas en dos varas; //Y
una de esas extrañas telas era azul, / Larga y ondulada, y la otra breve y
roja; / Ningún hombre podría decir cuál era la mejor de las dos. // Luego de
una media hora trémula dirías / “¡Dios me salve! el color del cielo es el
azul”. Y el ángel dice: “Infierno”. / Entonces tú te revolverías tal vez sobre
tu lecho».
476 Estrofas catorce y quince. «Y dirías a
todos los hombres buenos que te quisieron: / «¡Ah Cristo! Si sólo hubiera
sabido, sabido, sabido; / Lancelot se alejó, entonces pude entender, // Como
los más sabios de los hombres, cómo serían las cosas, y lamentar, / Y
revolcarme y lastimarme, y desear la muerte, / Y temerle al mismo tiempo, por
lo que habíamos sembrado.»
477 En la siguiente sección Borges
paralelamente traduce y comenta. Por momentos, su traducción es en realidad más
conceptual que literal. Borges
recita además el último verso en inglés.
[* Viene de
nota 456] 493 «O Master, O thou great of heart and
tongue, / Thou well mayst ask me why I wander here, / In raiment rent of
stories oft besung! /But of thy gentleness draw thou anear, / And then the
heart of one who held thee dear / Mayst thou behold! So near as that I lay
/Unto the singer of an empty day».
En Borges profesor
Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires
Edición, investigación y notas: Martín Arias & Martín Hadis
Buenos Aires © María Kodama, 2000
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