Art y Un viaje terrible



La historia de este viaje, que me encontré en una edición del libro de cuentos El criador de Gorilas, había pasado mucho tiempo sin volverse a publicar (50 años, dicen en el prólogo). No sé las razones, pero supongo que se debió a que no era un cuento apto para viajeros, que en la teoría de Arlt son los que empeoran el viaje dándole las condiciones necesarias para que haya horror y, en consecuencia, gente que se suicide o sea asesinada. O que se encierra en el camarote para que ningún pez lo toque y el mar lo sale. En ese viaje simple, de cabotaje (siguiendo la costa), se crean todos los diablos. Y todo porque llega un primo del narrador y dice que a un barco no se le debe cambiar el nombre porque sucederá una desgracia. Este hombre, que por falta de oficio es un anunciador de cosas terribles, da inicio a una serie de personajes, cuál peor que el otro. Y más en el estilo seco y preciso de Artl, el escritor argentino de origen alemán, que fundó la novela moderna en Argentina, dándole un viraje a los gauchos y caballos de Ricardo Güiraldes, escritor finquero (muy buen mozo, dirían las señoras) muerto en París en 1927, un año después de que fuera publicada El juguete rabioso, la primera novela de Roberto Artl, que habla de ladrones en Buenos Aires, felices de andar robando y montando en taxi. Con este libro, al que seguirán otros como Los Lanzallamas, Los siete locos, Amor Brujo, a más de sus cuentos y aguafuertes porteñas y cariocas, españolas y africanas, en los que da cuenta de cómo vive la gente común y corriente (zapateros, sastres, vendedores de legumbres, brujos, rufianes, putas, mujeres gordas que no salen del marco de la puerta de sus casas, judíos que no se sabe qué miran cuando rezan, jugadores alterados, viajeros sin rumbo, etc.), Martin Fierro se convierte en literatura para melancólicos y románticos. Ya lo del campo y la cebada de mate, lo del asado y el duelo con puñal, ha pasado. Ahora viene la ciudad con todas sus demencias, de día y de noche, lloviendo o amparándose del sol con una sombrilla, sobre los techos y en los sótanos, entre los ricos y los pobres. Todo como un viaje terrible de Arlt, yendo por las calles y entrando en los cafés.
Pero su viaje terrible, este sí por mar y siguiendo las costas del Pacífico, lleva en el barco un pasaje que contiene musulmanes que rezan mirando a la meca, mujeres peruanas que hacen procesiones en cubierta con velas encendidas, estafadores profesionales, traficantes de drogas, negros alucinados, marineros que nunca lo habían sido, un libro de los profetas al que el narrador llama “el de los rufianes y conductores de bueyes”, una mujer loca y bella que habla de coloides aplicados a los abrigos de caucho y que remite a Artl (un inventor fallido) a sus ensayos sobre medias de mujer engomadas; un médico que usa artes ocultas para diagnosticar, una novelista fallida que se ama con telegrafista al que no le llega ninguna señal, un pastor protestante que compite con sus prédicas con una escocesa anglicana, en fin, la más variada fauna de personajes que con sus actos hacen el viaje terrible y con sus palabras invocan y provocan una tormenta endiablada y después un remolino tan grande que el mar se vuelve plano y el barco no se mueve. De ahí logran salir, los que sobreviven, en aviones Catalina, dejando todo a bordo, desprecios, amores (el del narrador con la muchacha loca), odios, mentiras, desafuero y delirios.
Pero lo interesante de este relato es que es una especie de testamento de Arlt. Después de su publicación, en 1941, Arlt morirá de un paro cardiaco (1942), llevándose con él, con sus cenizas que se esparcieron sobre el rio Paraná, a todos sus personajes, ocultistas, rufianes, anarquistas, situados en crónicas, obras de teatro y libros de novela y cuento. De este hombre que nació en 1900 y que se adelantó al tango Cambalache con sus narraciones, dice Ricardo Piglia: no sé si copio, si inventó, si lo copiaron. Fue un fracaso como escritor y ahora lo tenemos que aceptar como el más escritor de todos. Escribía mal, porque decía lo que tenía que decir. Y esto enfermaba a los críticos, sirvientes de la literatura afrancesada.

Actividades

  1.  ¿Cuál es el tema principal del artículo? Desarrolle con sus propias palabras una reseña.
  2.  ¿Quién es Ricardo Guiraldes y por qué se lo asocia con la literatura gauchesca?
  3.  ¿Cómo son los paisajes de la literatura artliana?
  4.  ¿Cómo son los personajes?
  5.  ¿Qué relación tiene el autor con el mundo de los inventos?
  6.   Elabore un cuadro en el que se distingan los géneros a los que pertenecen las obras mencionadas.

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