El primer acto de Romeo y Julieta, de William Shakespeare, cumple una función fundamental dentro de la estructura de la tragedia: presenta el conflicto principal, introduce a los personajes y prepara el terreno para el desarrollo del amor entre los protagonistas. Ambientado en la ciudad italiana de Verona, este acto comienza con una escena callejera en la que los sirvientes de las familias Montesco y Capuleto se enfrentan en una pelea. Este episodio inicial no solo capta la atención del espectador, sino que también establece desde el principio el clima de violencia y rivalidad que domina toda la obra.
La llegada del príncipe de Verona pone fin a la riña y deja clara su autoridad al imponer una severa advertencia: quien vuelva a alterar la paz será castigado con la muerte. Este decreto real será una amenaza latente que condicionará las acciones de los personajes a lo largo de la tragedia.
En las escenas siguientes se presenta a Romeo, joven perteneciente a la familia Montesco. Al principio aparece abatido, melancólico, enamorado de Rosalina, una mujer que no le corresponde. Esta breve historia amorosa inicial permite mostrar el carácter sensible y pasional de Romeo, así como su tendencia a dejarse llevar por las emociones. Su primo Benvolio intenta animarlo y le propone asistir a una fiesta organizada por los Capuleto, donde podrá olvidar a Rosalina y conocer a otras muchachas.
Mientras tanto, en la casa de los Capuleto, se prepara esa misma fiesta. Allí se nos presenta a Julieta, una joven de apenas trece años, obediente y aún ingenua respecto al amor. Sus padres intentan convencerla de que considere al conde Paris como posible esposo, un hombre noble y bien posicionado. Julieta acepta escuchar, pero sin entusiasmo, lo que muestra su docilidad y su escasa experiencia.
La escena del baile es el punto culminante del acto. Romeo, disfrazado, entra a la fiesta con sus amigos Mercucio y Benvolio. Allí ve por primera vez a Julieta, y ambos quedan cautivados el uno por el otro, sin saber que pertenecen a familias enemigas. Su breve diálogo, lleno de metáforas religiosas, revela la intensidad y pureza de su amor naciente. Al finalizar el encuentro, ambos descubren la identidad del otro, y esa revelación introduce el conflicto central: el amor entre Romeo y Julieta está condenado desde su origen.
Preguntas
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¿Qué función cumple la pelea inicial entre los sirvientes de las familias Montesco y Capuleto en el desarrollo del Acto I?
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¿Cómo se caracteriza a Romeo en este primer acto y qué importancia tiene su enamoramiento de Rosalina?
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¿Qué significado tiene el encuentro entre Romeo y Julieta en la fiesta de los Capuleto y cómo se revela el conflicto central de la obra?
 
Respuestas desarrolladas
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La función de la pelea inicial
La pelea entre los sirvientes de las familias Montesco y Capuleto que abre la obra cumple una función de exposición: introduce desde el primer momento el conflicto ancestral entre ambas casas. Este enfrentamiento, que comienza con una simple provocación verbal y termina en una batalla callejera, muestra cómo el odio se ha extendido a todos los niveles sociales, incluso entre los criados. Además, permite la intervención del príncipe de Verona, quien advierte que castigará con la muerte a quien vuelva a alterar la paz. De este modo, Shakespeare establece el tono de violencia y tensión que marcará el destino de los protagonistas, al mismo tiempo que deja en claro que cualquier nuevo enfrentamiento tendrá consecuencias graves. - 
El carácter de Romeo y el enamoramiento de Rosalina
En el primer acto, Romeo se presenta como un joven sensible, romántico y melancólico. Se lo ve profundamente abatido por el desamor que siente hacia Rosalina, una mujer que ha jurado mantenerse casta y que no corresponde sus sentimientos. Esta situación inicial cumple un papel importante: muestra la naturaleza impulsiva y emocional de Romeo, y prepara el contraste con el amor verdadero que sentirá más adelante por Julieta. Su tristeza ante el rechazo de Rosalina permite que el público comprenda que Romeo es un personaje guiado por la pasión y la idealización del amor, rasgos que serán decisivos en el desarrollo trágico de la historia. - 
El encuentro entre Romeo y Julieta y el surgimiento del conflicto
El momento en que Romeo y Julieta se conocen en la fiesta de los Capuleto constituye el núcleo emocional del Acto I. Ambos se enamoran a primera vista sin saber quién es el otro. El diálogo entre ellos, construido con metáforas religiosas —como cuando Romeo compara a Julieta con un “santo” y sus labios con “peregrinos”—, sugiere la pureza y el carácter sagrado de su amor. Sin embargo, el descubrimiento posterior de que pertenecen a familias enemigas introduce el conflicto central: su amor es imposible dentro del contexto de odio que los rodea. Así, el acto concluye con una mezcla de asombro, pasión y presagio trágico que anticipa el destino de los amantes. 
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