Introducción a Rayuela, de Julio Cortázar

 


Publicada en 1963, Rayuela es una de las novelas más audaces y transformadoras de la literatura latinoamericana. Escrita por Julio Cortázar, un autor argentino que pasó gran parte de su vida en París, la obra revolucionó la manera de entender la narrativa, al punto de que muchos críticos la consideran una de las cumbres del llamado “boom latinoamericano”. En un momento en que la literatura del continente buscaba romper las estructuras heredadas de Europa y encontrar su propia voz, Rayuela propuso algo más radical todavía: una nueva forma de leer.

Desde su primera página, el libro invita al lector a elegir su recorrido. Cortázar ofrece dos modos de lectura: uno lineal, del capítulo 1 al 56, y otro alternativo, siguiendo el “tablero de dirección” que el autor coloca al comienzo, y que salta de un capítulo a otro según un orden no convencional, llegando hasta el capítulo 155. Esta estructura hace que Rayuela no sea solo una novela, sino también un juego y un experimento literario, donde el lector participa activamente.

La obra se divide en tres grandes secciones: “Del lado de allá”, “Del lado de acá” y “De otros lados”.
La primera parte, Del lado de allá (capítulos 1 al 36), transcurre en París, donde vive el protagonista, Horacio Oliveira, junto con la Maga y un grupo de amigos que forman el “Club de la Serpiente”. En esta sección predominan las largas conversaciones filosóficas, las discusiones sobre el arte, el jazz, la literatura y el sentido de la vida. Es el mundo de la búsqueda, de la duda y del pensamiento.

La segunda parte, Del lado de acá (capítulos 37 al 56), tiene lugar en Buenos Aires, adonde Oliveira regresa tras su separación de la Maga. Allí su vida se vuelve más confusa y absurda: trabaja en un manicomio, vaga por las calles, y su mente parece fracturarse entre la lucidez y la locura. Este “lado de acá” representa el mundo real, tangible, el de la caída y el desencanto, en contraste con el “lado de allá”, más espiritual e idealista.

Finalmente, la tercera parte, De otros lados (capítulos 57 al 155), reúne los llamados “capítulos prescindibles”, aunque en realidad son los que le dan profundidad filosófica a toda la obra. Allí aparecen textos sueltos, fragmentos de diarios, cartas, reflexiones sobre la literatura y, sobre todo, los escritos de Morelli, un personaje que funciona como el alter ego de Cortázar. En estos capítulos “de otros lados” se discute abiertamente la necesidad de una nueva novela, capaz de romper la pasividad del lector y de reflejar la complejidad de la existencia moderna.

El título Rayuela alude al juego infantil, pero también simboliza el camino del ser humano, que intenta saltar desde la tierra hasta el cielo, desde lo cotidiano hasta lo trascendente. Así, el libro se convierte en una metáfora de la búsqueda de sentido, de la imposibilidad de alcanzar una verdad absoluta, y de la tensión constante entre el orden y el caos, entre la razón y la intuición.

En definitiva, Rayuela no solo cuenta una historia: invita a vivir una experiencia. Es una novela que se lee y se piensa, pero sobre todo se siente. Con su estructura fragmentaria, su lenguaje lúdico y su profundidad existencial, Cortázar creó una obra que cambió para siempre la relación entre el escritor, el texto y el lector.


🟦 Preguntas

  1. ¿En qué contexto histórico y literario fue publicada Rayuela, y qué relación guarda con el llamado “boom latinoamericano”?

  2. ¿Cómo está estructurada la novela y qué propone Cortázar al ofrecer dos formas distintas de lectura?

  3. ¿Qué simbolizan los tres grandes apartados de la obra: “Del lado de allá”, “Del lado de acá” y “De otros lados”?

  4. ¿Qué función cumplen los llamados “capítulos prescindibles” y qué papel desempeña el personaje de Morelli?

  5. ¿Qué representa el título Rayuela en relación con la experiencia humana y con el sentido general de la novela?


🟩 Respuestas

  1. Rayuela fue publicada en 1963, en pleno auge del “boom latinoamericano”, un movimiento que dio visibilidad internacional a una generación de escritores que buscaban renovar la literatura del continente. El texto explica que “en un momento en que la literatura del continente buscaba romper las estructuras heredadas de Europa y encontrar su propia voz, Rayuela propuso algo más radical todavía: una nueva forma de leer”. Es decir, la obra de Cortázar no solo se inscribe en ese contexto de innovación, sino que lo lleva más allá: introduce una manera distinta de construir el relato y de involucrar al lector, anticipando el posmodernismo y las formas experimentales que dominarían después la narrativa mundial.

  2. La estructura de Rayuela es una de las claves de su originalidad. Según el texto, “Cortázar ofrece dos modos de lectura: uno lineal, del capítulo 1 al 56, y otro alternativo, siguiendo el ‘tablero de dirección’ que el autor coloca al comienzo, y que salta de un capítulo a otro según un orden no convencional, llegando hasta el capítulo 155.” Esto convierte a la novela en un juego de combinaciones posibles, donde el lector se vuelve coautor. De este modo, Cortázar rompe con la idea de un relato cerrado y plantea que el sentido de la obra no está dado de antemano, sino que se construye activamente en el acto de leer.

  3. Los tres apartados —“Del lado de allá”, “Del lado de acá” y “De otros lados”— representan tanto una división espacial como simbólica. El texto señala que “‘Del lado de allá’ transcurre en París, donde predomina la reflexión filosófica y la búsqueda de sentido; mientras que ‘Del lado de acá’ se sitúa en Buenos Aires, donde Oliveira regresa y se enfrenta a la confusión y el absurdo de la vida cotidiana.” Finalmente, “‘De otros lados’ reúne fragmentos, cartas y reflexiones que funcionan como un espacio mental o metafísico.” En conjunto, estas partes expresan la tensión entre el pensamiento y la realidad, entre la aspiración y la caída, mostrando la condición fragmentada del ser humano.

  4. Los “capítulos prescindibles”, que conforman la sección “De otros lados”, son fundamentales para entender el proyecto literario de Cortázar. Aunque el autor los llama prescindibles, el texto aclara que “en realidad son los que le dan profundidad filosófica a toda la obra”. Allí aparecen textos de Morelli, un personaje que reflexiona sobre cómo debería ser “una nueva novela, capaz de romper la pasividad del lector”. Morelli representa el pensamiento teórico del propio Cortázar, y sus fragmentos actúan como un manifiesto estético: ponen en palabras lo que Rayuela intenta hacer con su forma.

  5. El título Rayuela funciona como una metáfora del recorrido humano. El texto explica que “el título alude al juego infantil, pero también simboliza el camino del ser humano, que intenta saltar desde la tierra hasta el cielo, desde lo cotidiano hasta lo trascendente.” Esta imagen resume toda la novela: el intento de alcanzar un sentido superior, aunque siempre esté mediado por el error, la caída o la duda. En ese sentido, Rayuela no solo narra una búsqueda existencial, sino que invita a que el propio lector participe de ese salto, jugando, leyendo y pensando al mismo tiempo, como si la literatura fuera también una forma de alcanzar —aunque sea por un instante— lo infinito.

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