Cómo están todos, volvemos una vez más a compartir este espacio que es nuestra aula virtual de literatura.En nuestra clase anterior habíamos estado presentando Aura, la novela que ya empezamos a trabajar y que habíamos acordado en nuestra clase anterior tener leído el primer capítulo. Si alguno de ustedes todavía no lo pudo hacer, le pido que lo haga ahora, antes de empezar, de manera que pueda aprovechar mejor las reflexiones que iremos compartiendo acerca de nuestra lectura.
Enlace:
https://navedeasterion.blogspot.com/2019/06/aura-capitulo-1.html
Habíamos ya contextualizado la novela, presentado a Carlos Fuentes, autor mejicano muy notable y que podemos enmarcar dentro del movimiento que conocemos como Boom de la literatura latinoamericana. Movimiento en el que también reconocemos a autores de la talla de Julio Cortázar, el paraguayo Roa Bastos, el peruano Vargas Llosa. En Cuba lo tenemos a Alejo Carpentier, en Colombia a García Marquez. Bueno toda una gran constelación de autores latinoamericanos de un prestigio literario internacional. Un poco, pero en menor escala, nos recuerda a aquel Modernismo que el nicaraguense Ruben Darío y el cubano José Marti habían propuesto al mundo a fines del siglo XIX.
Carlos Fuentes publica Aura en 1962, se publica en consonancia a otros títulos de otros autores pertenecientes a este movimiento. Cortázar publica Rayuela, Vargas Llosa publica La ciudad y los perros. Si ustedes profundizan van a encontrar que son varios los autores y las novelas publicadas cuyo tema es América en sus diversas manifestaciones, y su técnica narrativa propone la experimentación propia de toda vanguardia que intenta captar la esencia del momento.
El tiempo del relato es tratado de una manera no lineal, se intercalan las perspectivas, las voces narrativas, se utilizan muchos regionalismos. Si hay algo que yo puedo asegurar en esta clase es que leer novelas relacionadas a este movimiento nos va a ejercitar para poder ampliar nuestro vocabulario. Se aprenden muchísimas palabras leyendo literatura latinoamericana, muchas más de las que se aprenden si solamente leemos literatura traducida o de poco contenidos literario.
Con respecto a Aura, que es en sí el tema que nos interesa tratar, se trata de una novela muy potente donde desde las primeras líneas podemos captar todos estos juegos lingüísticos que estamos destacando. Para empezar, toda la novela en sí misma utiliza la segunda persona. Recurso que ya había sido usado por otros autores al tiempo en que Carlos Fuentes lo implemente, pero que, sin embargo, él lo hace con mucha belleza y con absoluta intención renovadora y vanguardista.
Carlos Fuentes, autor de Aura, lee la siguiente cita que también son las primeras líneas del capítulo I de la novela:
"LEES ESTE ANUNCIO: UNA OFERTA de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato. Tú releerás. Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recámara cómoda, asoleada, apropiada estudio. Sólo falta tu nombre. Sólo falta que las letras más negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicita Felipe Montero, antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías, lo tomarías a broma".
Que linda voz la de Carlos Fuentes, leyendo y escuchando literatura latinoamericana nos acercamos también a otros aspectos de la lengua que nos interesa estudiar. Esta cuestión de la oralidad, las tonadas regionales que nos recuerdan que toda lengua establece relaciones con las otras lenguas con las que va tomando contacto. Lo escuchaba a Carlos Fuentes y leía simultáneamente su texto, prestaba atención a las pausas necesarias para su respiración. ¿Vieron que las pausas, los silencios en la lectura y la oralidad no necesariamente se corresponden con los silencios ortográficos: la coma y el punto.
Es importante que recordemos esto a la hora de leer en voz alta nuestros propios textos, es importante que conozcamos nuestras voces. Volviendo al texto, este comienzo y este uso de la segunda persona gramatical, ese tú al que se apela teniendo en cuenta que Carlos Fuentes es mejicano y allá se usa el tú en lugar del vos. Nuestro pronombre personal para la segunda persona es el vos que es igual de válido y de correcto que el tú. Lo usamos también por una cuestión de regionalismos, es parte de nuestro dialecto rioplatense.
Les decía que el uso de este pronombre provoca un efecto de apelación al lector, una invitación a hacerlo parte de la obra, de encarnar a Felipe Montero, el profesor de historia, que va a acudir a postularse para este trabajo que lo llevará, sin dudas, a otro mundo, a otra dimensión podríamos afirmar, al espacio gótico de la casa en la calle Donceles donde conocerá a la señora Consuelo y a su sobrina Aura.
En alguna de las entrevistas que alguna vez le han hecho a Carlos Fuentes, ha comparado este efecto de apelación del lector a Las meninas, el cuadro de velazquez. Nos coloca en ese lugar de espectador pero a la vez estamos siendo invitados a entrar a ese cuadro. Les dejo la imagen del cuadro de Velazquez para que puedan ver lo que hablamos.
Es lo que Antonio Sustaita va a referenciar en su trabajo: Oscuridad y espejo cuando nos dice: "En Aura (..) es posible encontrar una doble dimensión de la palabra y lo femenino que, aprovechando la oscuridad reinante en la antigua casa de la calle Donceles, se mezclan proyectando un barroco juego de reflejos y simulacros. Teatro de sombras que, fatalmente, termina por eliminar lo real en beneficio de una realidad totalmente fantástica. Espejos, simetrías, oscuridad, reflejos y simulacros. Todas palabras que con mucha facilidad podemos relacionar con el tema del doble que tanto trabajamos el año pasado. El dopelgaina, palabra alemana que designa a este modelo de doble tantas veces presente en los textos literarios y tantas veces estudiado por varias de las corrientes de la psicología.
Escuchemos otro fragmento:
"Tocas en vano con esa manija, esa cabeza de perro en cobre, gastada, sin relieves: semejante a la cabeza de un feto canino en los museos de ciencias naturales. Imaginas que el perro te sonríe y sueltas su contacto helado. La puerta cede al empuje levísimo, de tus dedos, y antes de entrar miras por última vez sobre tu hombro, frunces el ceño porque la larga fila detenida de camiones y autos gruñe, pita, suelta el humo insano de su prisa. Tratas, inútilmente de retener una sola imagen de ese mundo exterior indiferenciado. Cierras el zaguán detrás de ti e intentas penetrar la oscuridad de ese callejón techado —patio, porque puedes oler el musgo, la humedad de las plantas, las raíces podridas, el perfume adormecedor y espeso—. Buscas en vano una luz que te guíe".
Bueno, está dicho muy claro. Buscas en vano una luz que te guíe, y está en lo cierto porque a partir de ahora todo será oscuridad, a partir de las próximas palabras que continuan el relato nos esbozaran un mundo de incertezas propias de lo fantástico. Vamos a escuchar un poco más de este primer capítulo pero les pido que pongamos atención a una lectura con respecto a los espacios y la iluminación de estos espacios. Ya estamos en el interior de la casa.
"Empujas esa puerta —ya no esperas que alguna se cierre propiamente; ya sabes que todas son puertas de golpe— y las luces dispersas se trenzan en tus pestañas, como si atravesaras una tenue red de seda. Sólo tienes ojos para esos muros de reflejos desiguales, donde parpadean docenas de luces. Consigues, al cabo, definirlas como veladoras, colocadas sobre repisas y entrepaños de ubicación asimétrica. Levemente, iluminan otras luces que son corazones de plata, frascos de cristal, vidrios enmarcados, y sólo detrás de este brillo intermitente verás, al fondo, la cama y el signo de una mano que parece atraerte con su movimiento pausado".
Es un texto muy lindo Aura, un texto muy rico en imágenes de todo tipo que además están presentadas con efectos de iluminación propios de los relatos de misterio, de los relatos de la tradición de la literatura gótica. Yo les voy a dejar una pequeña tarea para que podamos ejercitarnos un poco, pero además les voy a encomendar que avancemos con la lectura. Nos quedan tres clases más sobre el tema, por lo tanto tenemos que definir. Lean, por favor, hasta el capítulo 3 antes de avanzar a la siguiente clase. Recibo consultas a mi correo: gbelziti@hotmail.com, nos encontramos la próxima vez
Tarea:
A partir de tu interpretación del epígrafe que encabeza la nouvelle que te transcribo a continuación, elaborá una breve historia de tu autoría donde se tomen algunos de los elementos que allí aparecen.
“El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las alas que le permiten volar hacia el infinito del deseo y de la imaginación....Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer".
(La Sorcière, Jules Michelet)
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